lunes, 24 de mayo de 2010

Hoy quiero ser feliz.

Esto que escribo no es para ti, es para mí,

para sanarme o torturarme sólo un poco,

para sacar algunas rocas de mi bolso simplemente.


Y ahora ya nada de lo que haga lo haré por ti,

porque las estrellas se avergüenzan de mis actos,

porque me ven arrastrándome y las manos

no les alcanzan para levantarme, es muy triste.


Pero hoy, quizás sólo hoy, quiero ser feliz,

porque yo sí sé que hacerlo es tan fácil como decirlo,

porque este asqueroso melancólico no es tonto,

no tanto como todos creen.


Y hoy voy a mirar mis manos y tu no estarás ahí,

no estaras en el aire que respiro, ni en mis ojos, ni en mi corazón.

Hoy miraré a un anciano y le sonreiré al pasar,

y a las rocas les daré la caricia que jamás recibieron.


Y si te recuerdo y mi rostro lividece,

me compraré un helado y lo comeré sin ti.

Y si el agua de una fuente me susurra tu nombre,

abrazaré a un árbol que me dirá: todo esta bien.


Y hoy seré feliz, tan feliz como cuando estabas tú,

pero ya no quiero hablar de ti, porque hoy,

hoy quiero ser feliz.

2 comentarios: